¿Debería ser ilegal la “porno venganza”?

Max Harris explica cómo ha legislado Gran Bretaña en contra de la “porno venganza” y lo compara con la posición de otros países de derecho común.

El internet está creando nuevas normas y nuevas prácticas. Debido a su uso en el internet, las advertencias de activación se han vuelto comunes fuera de la red, como lo han anotado recientemente algunos comentaristas. Los intercambios en los medios sociales pueden ser más mordaces y menos sensibles, podría decirse que es porque las personas no pueden verse a la cara. Y tal vez de forma más preocupante, ha habido un incremento de las situaciones en que maliciosamente se comparten imágenes sexuales privadas en el internet – ahora que tomar y distribuir imágenes en teléfonos celulares es mucho más fácil.

La actriz Jennifer Lawrence llamo la atención al tema después de que fotos suyas desnuda fueron filtradas en internet en 2014, como resultado de la “hackeada” de su cuenta de iCloud. Después fue la tragedia de Tyler Clementi, el estudiante de 18 años de la Universidad de Rutgers quien se suicidó después de que su encuentro sexual con un hombre fue filmado a escondidas por su compañero de cuarto y compartido con sus seguidores en Twitter.

Lo que es conocido como “porno venganza” es una forma maliciosa de compartir imágenes sexuales privadas. Involucra la diseminación en línea de imágenes sexuales privadas, a veces en páginas web pornográficas especialmente diseñadas, a menudo después de la ruptura de una relación. Holly Jacobs, cuyo novio posteó imágenes íntimas de ella en una página web de porno venganza, estableció la Iniciativa Cibernética de Derechos Civiles (CCRI por sus siglas en Inglés) y la campaña Acabemos con la Porno Venganza en el 2012. Investigaciones de CCRI han mostrado que 1 de cada 10 antiguas parejas terminan posteando esas imágenes. El 90% de las víctimas son mujeres.

Los daños causados por la porno venganza son significativos. Las victimas han reportado problemas de salud mental, sentimientos de aislamiento de las relaciones con hombres, recurrir al alcohol para manejar el estrés, y pérdida de peso. El estudio de CCRI mostró que 93% de las víctimas de porno venganza sufren como resultado una significativa angustia emocional.

Así que, en el contexto de un internet con baja regulación, ¿cómo han respondido los parlamentos? Después del incansable trabajo de activistas, abogados y defensores, el Parlamento del Reino Unido aprobó el Acta de Justicia Criminal y Cortes de 2015, que entro en vigencia el 12 de febrero de 2015. Esta Acta creó un nuevo delito por “revelar fotografías o videos sexuales privados con la intención de causar angustia”, castigable con hasta dos años de prisión. El nuevo delito tiene 6 elementos significativos:

  • Revelar – definido como dar, mostrar o hacer disponible “por cualquier medio” a otra persona;
  • Privada – significa “de un tipo que no es ordinariamente visto en público”;
  • Sexual – esencialmente mostrando genitales, el área púbica, o cualquier otra cosa que una persona razonable considere sexual;
  • Fotografía o video – incluyendo negativos, imágenes alteradas, y datos que pueden ser convertidos en una fotografía o video;
  • Sin el consentimiento de un individuo que aparezca en la fotografía o el video; y
  • Con la intención de causarle angustia a ese individuo – sin que sea suficiente que la angustia es una consecuencia natural y probable de hacer la revelación.

La ley estableció tres defensas (adicionales a todas aquellas que resulten aplicables). Primero, se trata de una defensa si la persona está previniendo, investigando o detectando un crimen. Segundo, los individuos pueden evitar ser condenados si las imágenes fueron reveladas como parte de un material periodístico que es de interés público. Tercero, aquellos acusados pueden presentar una defensa argumentando que el material fue “revelado por recompensa” anteriormente, una frase torpe que presumiblemente se refiere a situaciones en que se ha pagado por el material y está en el dominio público.

La aprobación de esta legislación es un desarrollo positivo. Proporciona una protección explícita a las víctimas de una práctica cada vez más común y da una orientación detallada a la policía y los fiscales en sus intentos de implementar la ley. Sin embargo, hay al menos tres fuentes de incertidumbre en la ley:

  • La definición de “intención” es bastante limitada. La aproximación legal usual es concluir que la intención existe cuando hay evidencia de intención específica, o donde, por acciones o eventos, es claro que algo es intencional porque el resultado es una consecuencia natural y probable del acto. La ley Británica no permite que la segunda aproximación a la intención se aplique a los casos de porno venganza, creando así dificultades para las víctimas para establecer el estado mental del agresor.
  • “Sexual” ha recibido un significado limitado o en el mejor de los casos incierto. La ley se refiere a las fotografías o videos de genitales o el área púbica como “sexual”. Complementa esto refiriéndose a lo que una persona razonable considere como sexual. Sólo podemos esperar que los jueces y otros interpreten la palabra de forma sensata. Pero hay un peligro de que la ley, como está escrita, no va a cubrir algunas imágenes de contenido sexual y los tests de una “persona razonable” han sido criticados a menudo por ser herramientas contundentes que resultan en que visiones mayoritarias de la sociedad queden insertas en la legislación.
  • La defensa del “material periodístico” es manipulable. La persona que publica el material debe tener una creencia razonable de que el material es de interés público. Pero puede haber casos en que, digamos, imágenes objetables son publicadas en un blog y se alega que son “material periodístico” (especialmente si las imágenes están acompañadas de un argumento más amplio.) La libertad de expresión puede ser considerada parte de este interés público. Falta aún ver si este es un peligro únicamente hipotético o si se va a convertir en una barrera para las víctimas.

¿Cómo se compara la ley del Reino Unido con la del resto del mundo? Han sido aprobadas leyes de porno venganza en muchos países, incluyendo Japón y las Filipinas. Sin embargo puede ser más útil mirar a Canadá, los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda – estas son las jurisdicciones con leyes de porno venganza y cuyos sistemas legales son más similares al del Reino Unido. Varios estados de los Estados Unidos intentaron pasar leyes de porno venganza, aunque el primero de ellos, California, fue fuertemente criticado por redactar una ley que parecía excluir situaciones en las que la víctima se había tomado una “selfie”, una situación que ocurre con bastante frecuencia en estos casos. La legislatura de Canadá ha considerado el Acta para Proteger a los Canadienses del Crimen en Línea, que enmarca el delito en términos ligeramente diferentes – como el acto de compartir imágenes íntimas no consensuado – pero tiene en gran parte el mismo efecto de la legislación del Reino Unido. Algunos comentaristas han dicho que los pasos de porno venganza en Canadá estarían mejor abordados por la reparación civil o cambios en la ley de derechos de autor. Nueva Zelanda también está en el proceso de adoptar una Ley sobre Comunicaciones Digitales Dañinas, que permite un máximo de dos años de prisión cuando una persona intencionalmente publica una comunicación digital causando un daño.

La ley de Nueva Zelanda está redactada más ampliamente y enumera varios factores para que los jueces tengan en cuenta al ponderar el daño causando, incluyendo la naturaleza de la víctima, la extensión de la circulación, y el contexto que rodeo el hecho. Ese tipo de redacción asegura que los castigos sean sensibles a los hechos de cada caso, pero puede llevar a una mayor incertidumbre para las víctimas (y para los abogados y jueces aplicando las disposiciones). El estado de Victoria en Australia tiene una ley con un problema similar: criminaliza la distribución intencional de una imagen íntima a un tercero, que es contraria a estándares de la comunidad. Aunque el concepto de “estándares de la comunidad” no es extraño a los jueces, si es borroso y puede resultar en inconsistencias en las que los jueces tienen distintas visiones sobre lo que en efecto es contrario a los estándares de la comunidad. En general, la ley de porno venganza del Reino Unido parece ser fuerte comparada con estas otras jurisdicciones.

Algunos podrían decir que en el Reino Unido los remedios legales – tales como la ley de acoso, o la responsabilidad civil por quebrantar la confianza – son suficientes. Pero una ley específica asegura que las víctimas sean tratadas de forma consistente, y la ley criminal es preferible a la ley de responsabilidad civil porque no requiere que la víctima cargue con los costos de traer el caso a las cortes.

PEN y Article 19 han sostenido que la libertad de expresión se ve vulnerada por la ley de porno venganza. Sin embargo, la ley como está redactada, da un espacio de maniobra (algunos dirían que demasiado!) para el material periodístico, y los casos más representativos de porno venganza no involucran una expresión que contribuya considerablemente a la realización individual, la persecución de la verdad o la deliberación democrática. Otros podrían sostener que cuando una ruptura amorosa involucra un trauma, la retribución a través de la porno venganza está justificada. Esta visión omite los daños significativos asociados a la porno venganza, descritos arriba. La Asociación Canadiense de Justicia Criminal ha presentado una objeción adicional y es que las nuevas leyes de porno venganza le suman a la población carcelaria. Esta es una preocupación legítima, especialmente en el Reino Unido. Pero los tiempos en prisión para este delito van a ser cortos, y el punto es relevante en relación con cómo se castiga el delito – no sobre si el delito debe existir.

La ley de porno venganza del Reino Unido es un intento importante por proteger a las victimas y asegurar que la ley se mantenga al día con las cambiantes prácticas sociales en el internet. Sin embargo, Ann Olivarius observa que aún falta trabajo por hacer. Puede que valga la pena repensar el término “porno venganza”, que toma la perspectiva del perpetrador y sugiere que tienen alguna justificación de sus acciones. Holly Jacobs ha sugerido “violación cibernética”; otro posible nombre es “compartir maliciosamente” (“compartir-mal”). Sin embargo, más allá del lenguaje, existe una necesidad de dirigir la mirada a las páginas web que reciben estas imágenes y de cambiar la cultura que ha hecho de ésta una práctica más común.

Max Harris en un Examination Fellow en All Souls College, Oxford.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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