04Periodismo

Nosotros requerimos medios de comunicación sin censura, confiables y diversos para que podamos tomar decisiones bien informadas y participar de forma completa en la vida política.

Libertad de expresión y buen gobierno

“Tapar la boca de las gentes es peor que tapar un río”, dijo el duque Zhao al rey Li de Zhou en el IV siglo A.C. – Discurso de Estado Chino. O como escribió Confucio en las Analectas [14:22], “dile la verdad, incluso si ésta le ofende.” En la Edad Media, la república autónoma rusa de Novgorod contaba con un consejo rector llamado veche, una palabra derivada de la raíz latina que significa discurso. De forma similar, la palabra parlamento proviene de la palabra francesa parler, hablar. Nos encontramos pues con la idea de que, en la historia de numerosas civilizaciones y países, el concepto de buen gobierno se basa en la libertad de expresión, una libertad de expresión abierta y sin miedo.

Pero fueron los ciudadanos de la pequeña polis griega de Atenas quienes, hace unos 2.500 años, dieron el primer paso en vincular la libertad de expresión con una idea revolucionaria: la de que las gentes podían gobernarse a sí mismas. A este sistema lo llamaron democracia, que en griego quiere decir gobierno del pueblo (demos = pueblo + kratos = gobierno). Practicaron este nuevo sistema de gobierno juntándose en un espacio físico de reunión. Un heraldo se encargaba de preguntar quién quería dirigirse a la asamblea. Entonces, cualquier hombre libre podía levantarse, expresar su opinión y proponer una medida pública. Hasta unos 8.000 de los 30.000 hombres libres de la ciudad llegaban a asistir a una asamblea.

Sí, es cierto que eran sólo los hombres libres. Los hombres que no lo eran, y las mujeres, tendrían que esperar un par de milenios más. Pero eso no quita que los atenienses fueran los primeros en forjar dos ideas clave que llamaron parrhesia e isegoria. Por parrhesia, que deriva de pan-rhesia, la habilidad de decir todo, entendían que las personas debían ser libres y no tener miedo a expresar todo aquello que entendían como verdad. La isegoria suponía que todos tenían el mismo derecho a hablar y a ser escuchados. Esta idea doble, extendida hoy en día a todos los hombres y mujeres, sigue siendo fundamental a la hora de entender y encauzar la libertad de expresión.

¿Qué son los medios de comunicación?

Hay lugares en los que la gente común puede hablar libre y directamente; en su barrio, pueblo, colegio o asamblea universitaria. Pero la gran mayoría de nuestras comunidades, y por supuesto de nuestros estados, son demasiado grandes como para congregar a todo el mundo, para escuchar a todos aquellos que quieran hablar y decidir luego mediante el voto. Es por ello que, a día de hoy, dependemos de los medios, es decir, de los intermediarios y canales de comunicación.

Durante más de cinco siglos, desde que en el siglo XV Johannes Gutenberg desarrollara la imprenta en Alemania, estos canales se referían a las palabras e imágenes impresas en papel: libros, panfletos y periódicos. La Primera Enmienda de la Constitución americana de 1791 hace un guiño a la invención de Gutenberg. Dice que el Congreso no hará ninguna ley que reduzca la libertad de expresión o la libertad de prensa. En el último siglo, la radio y la televisión han alcanzado a un mayor número de personas. A los hombres y mujeres cuyo trabajo consiste en escribir y emitir información a través de estos medios se les denomina periodistas.

Hoy en día, cualquiera con conexión a Internet o teléfono móvil puede diseminar palabras, imágenes, información e ideas. De esta manera, todos podemos ser periodistas y editores.  Por ejemplo, las noticias sobre los recientes terremotos de China y Turquía fueron retransmitidas en importantes cantidades por micro-blogueros anónimos y usuarios de redes sociales. El George Polo Award, uno de los premios más prestigiosos del mundo del periodismo, fue concedido a un video anónimo de cuarenta segundos de duración sobre la muerte del manifestante iraní, Neda Aghan-Soltan. Un tributo, por tanto, a la labor del periodista ciudadano anónimo.

Pero podemos recibir mucho más de lo que producen estos medios. Hace treinta años, la mayor parte de la gente en los países desarrollados obtenía sus noticias (y muchas de sus opiniones) a partir de un solo periódico y de un puñado de emisoras de radio y canales de televisión. Hoy en día, cualquier persona con acceso habitual y no censurado a Internet, puede acceder a la visión de miles de fuentes, periódicos y canales con sólo un clic del ratón. Ejemplos de medios así son: Livestation (inglés y árabe), Current TV (inglés), LiveJournal y TvTube (ambos en varios idiomas).

¿Cómo de diversos son nuestros medios de comunicación?

Esta sobreabundancia de medios, y por tanto de voces humanas, crea una oportunidad sin precedentes para una libertad de expresión positiva y de uso político, en el sentido amplio del término. Pero todavía nos queda un largo camino por recorrer para alcanzar todo su potencial. En la práctica, la mayor parte del planeta sigue estando informado e influenciado por un número limitado de medios, con un número reducido de canales de televisión controlando la situación de cada país. Tanto los poderes públicos como los privados determinan y, a su vez, limitan aquello que recibimos e impartimos: sea el estado, las compañías de telecomunicación, los Ayatollahs de Irán, Silvio Berlusconi en Italia o Rupert Murdoch en el Reino Unido.

Y esto, sin hacer mención a los lugares en donde a los periodistas (incluidos los ciudadanos periodistas) se les censura, intimida, encarcela o dispara sólo por intentar “encontrar la verdad de los hechos” y luego transmitir esa verdad al poder.

Aquí disponemos de una herramienta muy útil, desarrollada por investigadores europeos que nos permite medir hasta qué punto los medios de comunicación de un país son abiertos y diversos. Este grupo de investigadores distingue no menos de seis áreas de pluralismo mediático, que es la palabra técnica que se emplea para referirnos a esta idea. Por ejemplo, ¿existe diversidad en el control y en la propiedad de los medios? O bien ¿están la televisión, los periódicos o el Internet de nuestro país dominados por el estado o por un puñado de corporaciones y barones mediáticos? En el caso de México, por ejemplo, el mercado de la televisión nacional está dominado por sólo dos compañías, Televisa y Azteca. ¿Están acaso todos los principales grupos étnicos, religiosos y lingüísticos de nuestro país adecuadamente representados en los medios de comunicación? (La respuesta a esta pregunta en casi todos los sitios es que no). Y ahora que lo mencionamos, ¿por qué sólo aquéllos de nuestro país? ¿Cuál sería la respuesta si nos preguntáramos sobre las noticias del resto de este mundo interconectado en el que vivimos?

Sería entonces cuando tendríamos pluralismo político. ¿Hay algún partido, tendencia o grupo de interés que prevalezca sobre los demás medios de comunicación? ¿Son parciales todas las cadenas de televisión y emisoras de radio? ¿Acaso esta parcialidad importa si las tendencias políticas principales tienen cadenas, emisoras, periódicos y páginas web accesibles? El lema del canal Fox de Rupert Murdoch en Estados Unidos es ‘fair and balanced’ (justo y equilibrado), pero en la práctica Fox es todo menos eso. ¿Es esto aceptable si tenemos otros canales igual de injustos y desequilibrados pero con líneas editoriales y opiniones opuestas?

¿O bien deberíamos aspirar a lo que a veces denominamos ‘imparcialidad’? Esta imparcialidad no implica una objetividad científica, algo que sería imposible en los asuntos humanos, si bien marca el objetivo claro de (a) separar los hechos de los comentarios, la cobertura informativa de las opiniones, y (b) ofrecer en el mismo espacio, sea un canal de televisión, un periódico o una página de Internet, una representación justa de las opiniones que para cualquier tema pudiéramos encontrar dentro de la sociedad.

Regulación y autorregulación

Incluso las democracias asentadas manejan este tema de formas muy diversas. Se diferencian en las cuestiones que debe regular el estado, los juzgados o las autoridades públicas, y en aquellas que se dejan en manos del mercado y de la sociedad. Por ejemplo, hasta el día de hoy, en el Reino Unido se ha permitido a la prensa escrita regularse a sí misma, si bien existe una autoridad llamada Ofcom con la obligación legal de regular la radio y la televisión. El encargado de examinar el contenido editorial de las radios británicas durante muchos años decía: ‘siempre que visito los Estados Unidos me acuerdo de que si el equivalente americano de Ofcom, el Federal Communications Comisión, hubiera exigido imparcialidad a las emisoras de radio, ahora mismo estaría en los juzgados por haber ido en contra de su libertad de expresión. Por tanto, lo que la ley británica enaltece es ilegal según la ley americana.’

En la India existe un debate importante sobre si la autorregulación de los medios es suficiente para hacer frente a la lucha sin límites y los medios desenfrenados del país. El presidente del Consejo de Prensa indio llama a los medios de su país “anti-personas”. Es más, incluso el redactor jefe de The Hindu, N. Ram, dice que ‘necesitamos algún tipo de autoridad disciplinaria. La autorregulación sola no basta ni funciona’.

Diferentes países hacen por tanto las cosas de distintas maneras. Sus formas, además, cambian con el tiempo. No existe un método único y universal ‘correcto’. Lo que importa es el resultado: que los medios sean diversos y abiertos. Es por ello que debemos examinar y forzar constantemente a los medios a que sean abiertos, diversos, representativos, y que se caractericen por su exactitud, profundidad y valor.

Ahora todos somos periodistas

Hoy en día, no tenemos por qué conformarnos con pedir medios más abiertos, diversos y mejores. Los podemos desarrollar nosotros mismos. Por eso en nuestra propuesta de principio, decimos que ‘requerimosy creamos…’. ¿No tenemos la revista que queremos? Pues creémosla. Es cierto que existe una cantidad importante de tonterías ciberutópicas que tratan sobre este tema en particular. La mayor parte de la gente que bloguea, twitea o ‘habla’ por Internet o por los servicios móviles se quedan en voces solitarias dentro de rincones oscuros de la Torre de Babel. Lo mucho llega a muy pocos, mientras que lo poco llega a la mayoría.

No obstante hay suficientes ejemplos de iniciativas individuales que sí logran funcionar y llegar a muchos de formas que no hubieran sido posibles hasta la era de Internet. Aquí mencionamos sólo algunos de ellos: el OhmnyNews de Corea del Sur, escrito casi en su totalidad por ciudadanos reporteros; la página de Facebook “We are all Khaled Said” (todos somos Khaled Said), iniciada por Wael Ghonim y que animó a los protestantes que derrocaron a Hosni Mubarak; el Drudge Report en Estados Unidos; el bloguero chino Han Han; blogueros rusos como Alexei Navalny, que han estado exponiendo la corrupción de los altos cargos del país.

Si se te ocurre algún otro ejemplo, añádelo aquí acompañado de un comentario explicativo de por qué deberíamos incorporarlo a esta lista de “nosotros creamos”.

En contra de los burbujas filtradoras  y el pensamiento de grupo

Existe otra manera a través de la cual debemos estar atentos a que los medios sean abiertos y diversos. Una cantidad importante de información demuestra que Internet puede llegar a reforzar visiones falsas y distorsionadas de la realidad. Una persona algo desequilibrada puede encontrar en la red a las otras 937 personas en el mundo que creen que el Che sigue vivo o que el queso Edam es el causante del cáncer. Se encerrarían a sí mismos en lo que Cass Sunstein llama un ‘information cocoon’ o un cercado informático, reforzando constantemente las visiones falsas y emponzoñadas que el otro tiene del mundo, llegando a crear una espiral descendiente del pensamiento de grupo en la red.

Algunos dicen que esta tendencia se verá reforzada por el incremento de la customización y la personalización de los buscadores, páginas web, y aplicaciones del móvil, lideradas por compañías que tienen el deseo doble de ofrecer a sus clientes un servicio más personalizado y de entregárselo mejor y más segmentado a los anunciantes que pagan. Cuando todos nosotros caminemos exclusivamente en nuestra pequeña burbuja filtrada no habrá ya una esfera pública que compartir. Lejos de juntarnos para intercambiar datos y opiniones en una versión global de una plaza de asamblea, todos estaremos sentados en nuestros cubículos individuales transportables respirando sólo las ideas de los que piensan como nosotros.

Ese es el peligro. Pero no por ello existe motivo de desesperación. Al fin y al cabo, no somos los objetos pasivos y atomizados de una fuerza ineludible llamada ‘los medios’ o ‘el Internet’. No, al contrario, podemos educarnos a nosotros mismos y educar a nuestros hijos en una instrucción de los medios y de Internet que nos lleve a ser conscientes de estos efectos y a saber cómo encauzarlos. Podemos apoyar publicaciones online, agregadores y páginas web curativas inteligentes que contrarresten este efecto al ofrecer una gama extensa de visiones contrastadas. Podemos desarrollar fuentes como FactCheck.org, que separe los datos de los factoides y también  podemos trabajar para que Wikipedia se convierta en una fuente mejor de la que es en este momento.

Cuando ya parece que está todo dicho y hecho, el mundo post-Gutenberg nos ofrece oportunidades antes ni siquiera imaginables para crear los medios abiertos y diversos que necesitamos para ser personas con capacidad para expresarnos libremente.


Comentarios (16)

Google Translate proporciona traducciones mecánicas. Éstas proporcionan una idea aproximada de lo que ha escrito el contribuyente y por ello, no debieran interpretarse como una traducción sutil y precisa. Léelos teniendo esto en cuenta.

  1. Dick,

    You claim that «it is not … permitted to criticise Muslim immigration and Islam». You «demand that anyone who wants to say that [Islam is incompatible with Western democracy] be able to do so, and feel no compulsion to be silent». You «think people should be entitled to say what they believe about Islam». I don’t understand what you mean.

    Who is stopping you from speaking your mind? Your views are right here, out in the open.

    Views very much like yours are all over the mainstream media. They are also being articulated by influential and widely-read bloggers. Just look here [http://bit.ly/VthfKR], here [http://bit.ly/18ocQxU], here[http://bit.ly/18m1J8u], here[http://bit.ly/10UkffD], here[http://bit.ly/124TpZH], here[http://bit.ly/16dH6f1], or here[http://dailym.ai/132KhBn] – all circulating widely just in the last few days.

    How can you say that people are prevented from reading and writing such things when they and you are saying and writing them every day? Do you feel that what is being published does not go far enough? If that’s the case, look at the comment threads (if you can read German, you will particularly like this [http://bit.ly/NQftA5]), or Twitter, or Reddit, or Youtube. Legions of users post violently anti-Muslim statements there, which get likes and upvotes. Sometimes one or two people are arrested and later released without consequences if they are deemed to incite hatred or violence, for which they have to go much further than you do in your post; the cases your link referred to involved direct threats. Why should those be legal?

    Views similar to yours are also represented by politicians in the UK [http://bit.ly/1aizioB], the Netherlands [http://bit.ly/10HcmLs], Germany [http://bit.ly/16yAkzd], France [http://bit.ly/112jXn0], Austria [http://bit.ly/188rzwM] & Switzerland [http://bit.ly/16oRl07] & Italy [http://on.ft.com/13YvwRh] (where these parties were or are in government), Denmark [http://bit.ly/10zF4kN], the US [http://bit.ly/19lJcrS] and, I believe, your own country, Finland.

    Many political parties cater to the «I’m not racist but…» and «We can’t even say/do what we want anymore» crowds; they have plenty of politicians who warn that «sharia law» will be imposed on their countries if they do not protect western liberal democracy against ‘Islam’, including by deporting fellow citizens they disagree with. And gain, if the likes of Farage and Le Pen do not go far enough for your taste, there are even more radical parties in most of these countries, who in some cases receive state funding and in all cases enjoy the same police protection as everyone else when they want to voice their opinions.

    You seem to think your views are being censored by the police, political correctness and/or a liberal bias in the news media. I just don’t see any evidence that that’s the case. There is absolutely no shortage of anti-Muslim sentiment in our public discourse. On the contrary, people espousing such sentiments have been allowed to inject their poison into the veins of most western body politics, clouding the judgement of policy-makers and an often ill-informed public, so that bearded men and veiled women and conservative Muslims are now widely perceived as ‘Islamists’, ‘radicals’ and/or ‘oppressed women’, and many in the west have been convinced that ‘sharia law’ is the devil incarnate, and ‘jihad’ some global plot hatched in the 7th century to kill all infidels. (Evidence here [http://bit.ly/ZdZQpa] and here [http://bit.ly/ZsVNI6].)

    So why do you say that people like you are being silenced when you clearly have a platform in the media, on the internet, on the street and in politics? It must be because, beyond the crowd in your own echo-chamber, you have no audience. Despite everything, not many people agree with views as extreme as yours, even though more and more agree with a diluted version of your views because of the platform given to anti-Muslim rhetoric in the media and online. 

    What’s more, most people probably dislike you rather instinctively. Starting a post with I’m-not-racist-but doesn’t help; nor does calling 2 billion people «naive», or 12 million fellow citizens «enemies in our midst». Maybe a bit of civility would do the trick, Dick? You may think you are being censored, but in reality you are just being ostracised by the majority who disagree with your weak arguments and/or your vicious rhetoric.

    All your claims rest on the assumption that you can extrapolate from the ‘Islam’ of criminals like Michael Adebolajo and Anjem Choudary to the faith(s) of billions of people living all over the world and throughout history. You assume that what hate preachers say and governments do under the banner of religion is the one and only interpretation of a kaleidoscopic and fluent faith and centuries of practice, law and scripture. Yet you only apply this twisted reasoning to Islam.

    If you applied your logic to Christianity, you would have to conclude that ‘Christians’ (i.e. everyone from 21st-century Quakers to 12th-century crusaders and Jesus himself) are and always were like Anders Breivik and Terry Jones; that they are and were and will always be evil because some (democratic!) majority-Christian countries have barbarous criminal justice systems (including the death penalty, extrajudicial assassinations and torture); that Christianity is inherently racist and homophobic and misogynistic because it was and is used by many of its followers to justify slavery and resist movements for equality to this day; and that many Christians want to remove the liberal democracy that is incompatible with their faith, and replace it with Biblical law.

    Those who really care about their faith, in my personal experience, care about all of it, especially the bits that ask them to do what they don’t want to do. Those who abuse religion to justify their crimes always seem to care about nothing but «an eye for an eye» and the randomly picked and decontextualised quotes that give them an excuse for what they want to do for reasons unrelated to religion. So what’s the point of lumping them all together and condemning the many for the actions of the few? Condemning all members of an arbitrarily and loosely defined group for the actions of some of its ‘members’ is either nonsensical or bigotted. But if you are going to engage in such generalisations, you will have to at least hold everyone to the same absurd standard, or people will put labels on you that you do not seem to want to carry. You can’t insist on your right to call something you think is a spade a spade but deny others the right to do the same.

  2. I agree with ‘we speak openly about all kinds of human difference’, but the problem comes with defining ‘with civility’, because that is the point where certain groups will want to take offence at certain inconvenient truths, for instance that Islam is not a religion of peace and brotherly love.

  3. I am against racism, and I have nothing against any religion other than Islam. I think people should be entitled to say what they believe about Islam and the very real actions caused by Islam. Many people have had enough of the politically correct discourse that Islam is a religion of peace, etc etc, but are afraid to say so because they would immediately be labelled Islamophobes. Due to our tolerance, the non-Muslim inhabitants of Western countries are allowing ourselves to be steamrollered by Muslims and their increasingly intrusive demands – sharia law, changes in our foreign policy, etc. It seems to me that they are enemies in our midst and not loyal citizens. Islam is simply incompatible with Western democracy, and I demand that anyone who wants to say that be able to do so, and feel no compulsion to be silent about this most pressing of issues.

  4. Some discussions about human difference cannot be civilly discussed; for example, racism should never be allowed.

  5. My opinion is that such kind of speech and expression of thoughts, jokes, etc. connected with immutable characteristics of people, shouldn’t be limited by law and society: it should be up to every person, what should he/she say and what shouldn’t. Up to his/her mind and conscience. Until it harms person.

  6. Freie Meinungsäußerung ist wichtig, solange der Redner dabei nicht die Recht e anderer Menschen beschneidet oder andere Lebewesen diskriminiert.

  7. A very interesting and controversial article posted by Janet Haney – Kenen Malik on multiculturalism. He suggests that we can either pledge equality of cultures or equality of people, but not both. Thanks Janet 🙂 !
    http://www.kenanmalik.com/lectures/multiculturalism_if.html

    • *Kenan thus represents the Enlightened universalist extreme. Maybe we can use this as an angle here for future comments.

  8. I disagree with most of the statements made in this article for one reason. All of the arguments made above are valid and work only if one assumes that a human is a rational and educated creature who will inform him or herself before making a decision or forming an opinion. That however is not true, and sadly enough many of us all fall under pressure by our envirnment and propaganda. These so called insults which one directs towards others under the excuse of freedom of speech are messages of hate. They in themselves want to hurt others and limit the freedom, human rights and the freedom of expression of a particular group. Therefore limiting the «freedom» in the «freedom of speech» is ironically an important part of achieving a more tolerant and civil society.
    Moreover, I completely disagree with the comment made about the Indian Penal Code. The history of the law is completely irrelevant. True, it might have been originally written for a different purpose but it doesn’t mean that it always has to be used just for that same purpose. If freedom of expression was once used as an excuse to limit the rights of colonized citizens, it does not mean that it now should be abolished because of its dirty history. In fact, as the author has stated it himself, there is huge room for interpretation in the issue of free speech, therefore this same law can be used in more noble ways.

  9. As a general principle I definitely agree that free speech should be a universal right. Contentwise, however, there should be restrictions.
    Considering the fact that communication occurs between two subjects, the sender and the recipient, both subject’s values matter in the process. The tricky part in the proposed principle therefore is ‘civility’.
    Civility itself restricts free speech. I think most people agree that the publication of the Muhammad cartoons were not an act of particular civility, because it offended the religious / moral values of the recipient group.
    How can we thus find the balance between the universal right to free speech and non-universal values of sender / recipients?

    • Hello Annemarie. I saw the Danish Cartoons for the first time this week. They were not shown in UK when the furore first broke out, and I didn’t think about them much again until recently (it was the DV8 dance event – Can We Talk About This? – that brought them back to mind, something I saw in London a few weeks ago). I would be disappointed if ‘most people’ agree that their publication was ‘not an act of particular civility’. But I would not be surprised that people had been frightened into saying such a thing after the alarming response of the murderous threats at the time. Remember – the cartoonist was threatened with a violent death: http://www.guardian.co.uk/world/2010/jan/04/danish-cartoonist-axe-attack

      • Hi Janet, apologies for my late response. I hadn’t seen on my account that you commented on my post.
        I just had an argument with a girl studying Human Rights at LSE. In summary, she clearly argued that if she was a cartoonist, she would never (!) publish something which would so obviously assault a certain group. Would you do so? Why do you think that this case was not ‘not an act of particular civility’?

  10. Excellent piece! I agree with almost all of the points made here.

    My only worry associated with this proposed «civil» and courteous free speech is the remarkable ability of the same spoken language to be simultaneously civil and uncivil to different audiences. Accounting for a gradient of such differences in perception, I wonder if the final test of civility in tricky situations will indeed be the lack of violence/ violent overtures. And if that is the case, it may as well be codified as such in law!

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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