Los Proveedores del Servicio de Internet no solamente dirigen paquetes de datos de un punto a otro, sino que están bastante involucrados en monitorear las actividades en línea de sus clientes. Ian Brown discute las implicaciones de la sugerencia en Gran Bretaña de “voluntariamente” optar por no tener acceso al “contenido para adultos”, con poca participación del parlamento o las cortes.
La evolución de la tecnología del Internet en la última década ha permitido que los Proveedores del Servicio de Internet (ISPs por sus siglas en Inglés), tanto buscando ganancias, y bajo presión del gobierno, se alejen de su función previa como “simples conductores”.
En lugar de simplemente dirigir paquetes de datos de un lado a otro – el famoso modelo de un lado al otro de los diseñadores del Internet – los ISPs han hecho más monitoreo y bloqueo de las actividades en línea de sus clientes. Aunque esto es a menudo en búsqueda de metas sociales ampliamente aceptadas – particularmente reducir el abuso de menores – estos cambios técnicos afectan significativamente las libertades de los usuarios de Internet.
Edward Snowden reveló qué tan lejos esta tendencia ha permitido que la NSA y GCHQ tengan acceso a las huellas digitales de los individuos. Aunque mucha de esta inteligencia ha sido hecha a través de monitoreo de flujo de datos por agencias de inteligencia, el análisis del tráfico que hacen las ISPs está disponible de forma más barata y escalable para las agencias de inteligencia y policía. Esta es una razón por la cual el gobierno del Reino Unido continua presionando para que haya nuevas leyes de retención de datos, a pesar del fallo de la Corte de Justicia de la Unión Europea invalidando la Directiva de Retención de Datos.
Bloquear tecnologías a menudo genera registros de todos los usuarios que intentan conectarse al contenido bloqueado. A causa de la presión política, los ISPs del Reino Unido ahora le están preguntando a todos sus clientes si quieren que el “contenido para adultos” sea bloqueado. Dada la cantidad de categorías afectadas, esto va a impactar significativamente en la privacidad, así como en el derecho a recibir información de un porcentaje significativo de la población del Reino Unido. En los principales ISPs, las categorías bloqueadas incluyen material relacionado con el sexo (incluyendo educación sexual y sitios de homosexuales y lesbianas), contenido violento, “contenido relacionado con el extremismo”, “páginas web sobre la anorexia y desórdenes alimenticios”, “páginas web relacionadas con el suicidio”, “alcohol”, “fumar”, “foros web”, “material esotérico”, y “herramientas para eludir bloqueos de la web”.
Quién decide qué debe ser bloqueado es una pregunta crítica. Los entes de decisión más legítimos desde una perspectiva de derechos humanos son los parlamentarios y las cortes. Pero la mayoría de los bloqueos se hacen de forma “voluntaria”, como resultado de una presión informal a los ISPs y las páginas web. El sistema Cleanfeed de BT puede ser rastreado a amenazas en los años 1990s por la policía Metropolitana de decomisar los servidores de los ISPs. Los ministros daban discursos regularmente amenazando tomar acciones contra los ISPs hasta que estuvieran satisfechos con el nivel de bloqueo de los sitios incluidos en la lista de la organización financiada por la industria Internet Watch Foundation (IWF).
Se suman páginas a esta lista después de una valoración por el personal de la IWF sobre la criminalidad de las imágenes en línea. Pero los editores de las páginas no son notificados cuando se les incluye en la lista, y muy pocos ISPs notifican explícitamente a los usuarios cuando intentan acceder a contenido bloqueado, limitando la posibilidad de que bloqueos específicos sean cuestionados. Una razón por la cual el bloqueo de una página de Wikipedia tuvo tanta cobertura en los medios en el 2008 fue que tan pocas personas sabían que este proceso existía. Los usuarios de internet van a poder optar por no usar los filtros de “adultos” en el Reino Unidos, y específicas categorías de bloqueo. Pero hemos visto que esto ha sido difícil en la práctica para los usuarios de redes de teléfonos celulares que han estado bloqueando contenido “para adultos” por un periodo más largo de tiempo.
Aunque va a ser relativamente fácil para los niños mayores burlar los bloqueos – al compartir material con amigos, usando VPNs, o herramientas como TOR – esto puede ser un paso demasiado lejos para algunos grupos como los adolescentes homosexuales, que se han beneficiado de la posibilidad de obtener información y participar en comunidades en línea lejos de, en ocasiones, ambientes de desaprobación en la casa. Esta posibilidad puede apoyar la salud mental de los adolescentes, y su habilidad de desarrollar su identidad y personalidad.
Las agencias de inteligencia y cumplimiento de la ley no van a recibir bien un mayor uso de servicios de anonimato. El M15 aparentemente hizo lobby sobre esta preocupación durante el proceso de aprobación del Acta de Economía Digital. El gobierno ha escogido desde entonces no darle efecto a las disposiciones de esa acta para bloquear sitios que violen los derechos de autor. Esto puede llevar a que el gobierno anime a los ISPs a lo largo del tiempo a tratar de bloquear estos servicios de anonimato.
Los debates sobre las medidas técnicas para bloquear el acceso de los jóvenes usuarios de Internet a pornografía en línea necesita tener en cuenta los efectos intencionales y no intencionales, si es que van a proteger genuinamente a los individuos, y al mismo tiempo minimizar los impactos negativos a los derechos humanos.
Ian Brown es el autor (con Chris Marsden) de Regulating Code: Good Governance and Better Regulation in the Information Age.