¿Libre, pero no capaz?

El alfabetismo es el elemento esencial para cualquiera sociedad con libertad de expresión, evidenciado no solo en las grandes estadísticas, sino en las vidas de aquellos que más lo necesitan. Informa Dominic Burbidge.

Vi por primera vez a Emmanuel cuando era un niño, en una calle soleada de la ciudad de Mwanza, Tanzania. Era el hijo adoptivo de un vendedor del mercado que yo había entrevistado y me había estado siguiendo secretamente desde que salí del centro de la ciudad. Cuando se decidió a tocarme el hombro, estaba angustiado, a punto de llorar, pidiendo ayuda para poder ir a la escuela. Para evitar la conmoción, le llevé a un pequeño café y le pregunté quién era.

Era el mayor de ocho hijos, provenía de un pueblo cercano a Musoma y su padre había muerto cuando todavía era muy pequeño. Dos años antes de conocerle, la madre de Emmanuel había fallecido producto de una infección en una pierna y le había dejado a cargo de sus siete hermanos. Como cabeza de la familia, había viajado con el segundo hermano, Jackson, para encontrar una manera de superarse en la gran ciudad de Mwanza, con la esperanza de regresar con medios para mantener a los otros, quienes ahora estaban bajo el cuidado de la familia extendida. Luego de moverse de acá para allá entre grupos callejeros distintos y redes de amigos temporales, los dos muchachos habían encontrado apoyo en una dama cristiana llamada Margaret, quien vivía entre las rocas de los suburbios del norte de Mwanza. Margaret era una madre soltera que mantenía a sus dos hijas y, aunque no tenía espacio para albergar a los dos jóvenes, llegó a un acuerdo con un señor mayor que vivía cerca, de manera que los muchachos pudieran dormir en el suelo siempre que fuera ella la que proveyera su comida. Habían encontrado alojamiento y comida. Emmanuel me seguía porque quería una educación. En respuesta, organicé el pago de su matrícula en la escuela durante más de cuatro años, lo cual me costó un total de aproximadamente £100.

Tanzania tiene una tasa de alfabetismo de 65%, lo cual significa que, de acuerdo con el Instituto de Estadísticas de la UNESCO, el 35% de los Tanzanos «no pueden, con comprensión, leer y escribir oraciones simples y cortas en [su] vida diaria». Este es el criterio establecido en 1958 para determinar si una persona sabía leer y escribir o no, con datos a nivel de país suministrados sobre esta base con la ayuda de censos y encuestas. Estudios recientes sobre el alfabetismo en países desarrollados, por ejemplo en los EE.UU y el Reino Unido, han identificado aéreas adicionales de analfabetismo, utilizando definiciones más estrictas, como por ejemplo si una persona está por encima del nivel esperado para un lector de 11 años con educación. No obstante, el umbral para analizar el alfabetismo en el mundo en desarrollo se mantiene en si una persona es capaz de leer y escribir una oración simple y corta. Según esta definición básica, 16% de la población mundial es, no obstante, analfabeta, con al menos dos tercios de estos adultos analfabetas en ocho países: Bangladesh, China, Egipto, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria y Pakistán.

El grado de analfabetismo es un reto para cualquier activista de la libertad de expresión. El reto nos golpea mucho antes que los interrogantes sobre qué discurso debería considerarse como ilegal o peligroso. Una sociedad analfabeta tiene voceros que no pueden escribir y oyentes que no pueden leer. Se les excluye de los debates como si estuvieran encerrados en su propia habitación.

En su libro Development as Freedom, Amartya Sen considera el desarrollo como un proceso inseparable de la emancipación de las personas a través de la salud y la educación. El alfabetismo, considera éste, es algo no solo beneficioso para ciertos tipos de trabajo, sino algo necesario para ser libres y capaces de ver la realización de nuestras aspiraciones de manera más general, sean estas de naturaleza económica, social o política. El hoyo negro más grande para el alfabetismo tiene que ver con la educación de las mujeres, con un analfabetismo que afecta 9% más a las mujeres que a los hombres de la población mundial. Sen demuestra cómo el alfabetismo de la mujer está correlacionado con menos muertes de niños a temprana edad, mostrando cuán importante es la habilidad de leer y escribir para los estándares de vida de las familias y la productividad de las economías alrededor del mundo. Sin embargo, más allá, y por encima de estos interrogantes sobre la expectativa de vida y la productividad económica, sabemos que la comunicación y la habilidad de leer y escribir están en armonía con una parte fundamental de lo que es ser persona.

Desde que le expliqué a Emmanuel mi interés en el África urbana, él ha querido escribirme un relato de sus puntos de vista sobre Mwanza y lo que debe hacerse para detener el problema de los niños de la calle. En el 2013, tuve el placer de visitar el apartamento de un inmigrante asiático en el Reino Unido llamado Raj, quien había conocido por casualidad a Emmanuel cuando visitaba a sus familiares en Mwanza. Emmanuel estaba terminando la escuela y le dio mi número telefónico a Raj, alentándolo, tanto como fuera posible, a encontrarse conmigo en el Reino Unido. Sentado en el sofá de Raj, en una urbanización del sur de Londres, me pasó un grueso fajo de papeles: «¿Qué provoca el problema de los niños de la calle?», por Emmanuel. Alfabetizado y educado, Emmanuel ahora dirige su propio negocio en Mwanza y ha sido electo representante del distrito de su vecindario.

Dominic Burbidge es director asociado de Debate sobre la Libertad de Expresión. Culminó su doctorado sobre la política de Kenia y Tanzania en Oriel College, Oxford, y es el autor de The Shadow of Kenyan Democracy.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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