Blasfemia, pureza y política – la batalla por el lenguaje Ruso

Una ley prohibiendo el uso de palabras obscenas en las artes en Rusia ha entrado en vigencia en julio de 2014. Maryam Omidi discute sus implicaciones.

Desde el 1 de julio de 2014 va a estar prohibido el uso de las palabras khuy (pene), pizda (perra), yebat (tirar/coger) and blyad (prostituta) – un cuarteto obsceno conocido como mat – en las artes en Rusia. Transgresores de la ley enfrentan multas de entre $70 y $1,400 dependiendo si son un individuo, un oficial o una organización. Esta no es la primera vez que el Estado interviene de esta forma – los Soviéticos también intentaron acabar con el lenguaje obsceno para preservar la belleza del Ruso. Hay que sumarle a esta ley un debate legislativo en la Duma sobre prohibir tomar prestadas palabras de idiomas extranjeros, principalmente del Inglés, así como una campaña contra los medios independientes, y se empieza a sentir la presencia de un esfuerzo mucho más pernicioso por restringir la información y el lenguaje.

Juntos, la ley sobre obscenidades y la ley sobre palabras en idiomas extranjeros sirven como un intento en dos partes por limpiar el idioma Ruso para garantizar su “pureza”, una cruzada moral que encaja perfectamente con las esperanzas ideológicas del Presidente Vladimir Putin de crear una “identidad nacional y espiritual” para Rusia.

Ahora en su tercer periodo, Putin está trabajando fuertemente en su legado. Al interior de Rusia esto significa la adopción de una estancia culturalmente conservadora y una serie de leyes regresivas tales como la criminalización de la “propaganda gay”. En términos de política exterior, la manifestación más obvia es la anexión de Crimea, una movida que ha hecho que sus ratings estén por los cielos al interior del país.

Con la prohibición de decir groserías, que incluye libros, cine, música, teatro y blogs populares, Putin tiene cubierto el lado espiritual de su plan. Las películas que contengan improperios no recibirán la autorización de distribución general, y las copias de DVDs, libros o CDs vendrán selladas y rotuladas como obscenas. Sin embargo, la ley está escrita de forma tan vaga que no es posible determinar cuáles groserías están incluidas y cuáles no – lo que se cuenta como profano será determinado por un panel de expertos, haciendo que decir groserías se vuelva riesgoso. La pérdida va a ser sentida. Decir groserías en Ruso es un ejercicio lingüísticamente productivo; al aplicar prefijos, infijos, sufijos y diferentes combinaciones de las cuatro palabras khuy, pizda, blyad y yebat se puede expresar casi cualquier cosa, y de forma sorprendentemente elocuente.

El poeta Ruso Alexander Pushkin es conocido por su uso liberal de groserías.

La racionalidad detrás de la ley es que ese tipo de prohibición no sólo ennoblece la cultura Rusa sino que también posiciona a Rusia como una antítesis de la decadencia de occidente. Una prohibición del uso de palabras de idiomas extranjeros puede ser vista como una especie de proteccionismo lingüístico, dirigido a proteger la cultura Rusa de influencias externas, ayudando así a avanzar el segundo pilar de nacionalismo de Putin.

Rusia ciertamente no es el primer país en estar a la defensiva de la hegemonía del Inglés. El año pasado, el filósofo Francés Michel Serres hizo un llamado a sus conciudadanos a entrar en huelga contra la “invasión” de las palabras en Inglés. Este marzo, el presidente de Gambia Yahya Jammeh anunció sus planes de quitar las cadenas de su pasado colonial descontinuando el uso del Inglés como idioma oficial. Debido a lo que representa – el imperialismo – el dominio del Inglés es un punto sensible para muchos en el mundo.

“Igualar el lenguaje Ruso con la identidad Rusa es una falacia.” Cualquiera que haya leído 1984 de George Orwell estará bien versado en la política del lenguaje. Intentos de la vida real por limitar el lenguaje pueden en ocasiones parecerse a la lengua ficticia de Orwell Newspeak – en esencia una herramienta para controlar la mente, diseñada para restringir el libre pensamiento. La idea de que el lenguaje moldea la opinión puede ser rastreada al lingüista Americano Benjamin Lee Whorf, quien, en el siglo XX, propuso que el lenguaje precedía el pensamiento. De acuerdo con este modelo, la gramática y el vocabulario de un cierto lenguaje determina la cognición y comportamiento de quien habla. Aunque las afirmaciones de Whorf han sido ampliamente desacreditadas – su teorización sobre la concepción del tiempo de los Nativos Americanos ha demostrado estar lejos del blanco – sus ideas han experimentado una especie de renacimiento en los últimos años, aunque sin afirmaciones tan dramáticas. A diferencia de Whorf, investigadores contemporáneos ya no piensan que si un concepto es inexistente en cierto lenguaje entonces quienes hablan van a ser incapaces de entenderlo. Si es, sin embargo, ampliamente aceptado que el lenguaje afecta la percepción que uno tiene del mundo. Por ejemplo, algunos lenguajes como el Guugu Yimithirr, hablados por los aborígenes Australianos, usan puntos cardenales (norte, sur, este, oeste) en lugar de términos como “izquierda” y “derecha” cuando se trata de dar direcciones. Como resultado, quienes hablan estos idiomas han desarrollado unas aptitudes cognitivas parecidas a las de un compas cuando se trata de navegación.

Nuestro uso del lenguaje es profundamente político. Es la diferencia en el uso del lenguaje al hablar de Enfrentar el Extremismo Violento, del gobierno de Obama, y la Guerra contra el Terror del gobierno de Bush, lo cual en esencia se refiere a la misma cosa. En relación con el giro de Rusia hacia el lenguaje, hay varios puntos de tensión. En primer lugar, los mismos críticos que son rápidos en denunciar actos como la prohibición del uso de palabras en Inglés como nacionalistas e incluso xenofóbicos, son a menudo las mismas personas que se lamentan por la homogenización que viene con la globalización. La defensa de uno parece ser aceptable y la otra no, aunque los sentimientos detrás de proteger la propia cultura – ya sea el lenguaje o el carnicero local – pueden a menudo emerger del mismo lugar.

El hecho es que los lenguajes del mundo están desapareciendo y rápido; la cifra repetidamente citada es a una tasa de uno cada dos semanas. Con cada uno, una cultura se pierde, junto con sus costumbres, sus formas de ver el mundo, su humor. Sin embargo, lo que es trágico de la retórica Rusa en relación con la preservación del lenguaje es que no se extiende a los otros en peligro de extinción en su territorio. De acuerdo con el Atlas de la UNESCO de los Lenguajes del Mundo en Peligro de Extinción, hay más de 100 lenguajes en Rusia que son vulnerables, están definitivamente en peligro o críticamente en peligro de extinción. La mayoría de estos están en Siberia y el Cáucaso. Muchos están a las puertas de la muerte por abandono del gobierno, otros debido a la supremacía – no del Inglés – sino de otro lenguaje más cercano a casa: el Ruso.

A pesar de la riqueza de otros lenguajes en Rusia, para la mayoría de la población, es el lenguaje Ruso el que es una parte indispensable de su identidad. Con 58% de la población de Crimea identificándose como étnicamente Rusos, la represión Ucraniana de la cultura y lenguaje Ruso fue una de las justificaciones para llevar a cabo la anexión de la península en marzo.

Equiparar el lenguaje Ruso con la identidad Rusa es, sin embargo, una falacia. Kazakhstan es un ejemplo de un país donde el Ruso es el lenguaje oficial y ampliamente hablado, pero la mayoría de la población es étnicamente Kazakh y se identifica como tal.

“Si prohíben mat totalmente, ¿qué más nos queda por hacer? Tendremos que tirar en el escenario”

Entonces hay un segundo punto de tensión. Por un lado, el deseo de preservar lenguajes y su patrimonio cultural es una tarea que merece un reconocimiento – es la razón por la cual lenguajes como el Manx, Livonian y Cornish han sido recuperados del borde de la extinción. Pero también es ver la belleza en la evolución de los lenguajes vivos. Esto pone la filosofía Whorfiana de cabeza al demostrar que el pensamiento también puede moldear el lenguaje ¿No tienes una palabra para un nuevo concepto? No hay problema, porque puedes crear una. Es esta naturaleza mudable del lenguaje que lo hace tan poético, así esos cambios vengan de acuñaciones, retazos, adiciones no puras o incluso préstamos de palabras, un hecho que pone locos a los puristas. El Inglés ciertamente se ha enriquecido por palabras prestadas de otras culturas, incluyendo el Ruso – sólo piensa en apparatchik, tsar, bolshy, pogrom, gulag y pavlova. Por su parte, el Ruso se ha apropiado de miles de palabras Turcas, Francesas y Alemanas. Cada nueva palabra encapsula una referencia cultural muy precisa y proporciona un mayor nivel de matices al lenguaje en el que se inserta. Para citar a Mark Twain esto es importante porque “La diferencia entre la palabra correcta y la palabra casi correcta es la diferencia entre rayo y luciérnaga.”

Pero hay más. Cada nueva iteración del lenguaje, cada nuevo híbrido, crea una nueva cultura, representativa de una nueva era, que a su turno produce nuevos tipos de conocimiento y nuevos cuerpos de literatura, música y arte. Así es la resistencia del lenguaje y por asociación, la naturaleza humana. En el 2009, la censura China del contenido vulgar en internet llevó a la creación del meme de Grass-Mud Horse, un término que suena casi idéntico a “tírate a tu madre” en Chino. Un léxico de censura – acudiendo a eufemismos y homónimos apareció. Aunque este tipo de discurso de resistencia es de admirar, triste encontrarse en ese estado de las cosas. El impacto de la prohibición de decir groserías de en Rusia aún no se sabe, pero si los músicos Rusos sirven en algo de evidencia, ellos no se quedarán en silencio. “Si prohíben totalmente mat, ¿qué más nos queda por hacer?” dijo Sergei Shnurov, líder de la banda de rock Leningrad. “Tendremos que tirar en el escenario.”

Maryam Omidi (@maryam_omidi) es editora de The Calvert Journal. El artículo fue originalmente publicado aquí.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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