Zuma y su lanza

Una galería de arte Surafricana quitó un cuadro explícito del Presidente Jacob Zuma como consecuencia de la presión del African National Congress, escriben Nimi Hoffmann y Maryam Omidi.

El caso

En mayo del 2012, el presidente de Sud África, Jacob Zuma, acudió a las cortes para prohibir un cuadro que lo mostraba a él completamente vestido pero con sus genitales expuestos. El caso fue presentado contra la Goodman Gallery de Johannesburgo, por exhibir el cuadro The Spear del artista Brett Murray, un cuadro satírico hecho en el estilo de los carteles de la era Soviética de Vladimir Lenin, y al periódico City Press por publicarlo nuevamente. El caso inicialmente fue presentado por Zuma en su capacidad de presidente de Sud África. Sin embargo, en el primer día del juicio, el abogado de Zuma, Gcina Malindi, aceptó que “la oficina del presidente” no tiene dignidad como tal y en consecuencia accedió a retirar la demanda. Después fue presentada por Zuma en su capacidad personal.

Malindi inicialmente pidió que el cuadro fuera removido de la galería, que se destruyeran todos los materiales promocionales y que el City Press borrara todas las imágenes de The Spear de su página web. El African National Congress, en el poder, y el movimiento de sindicatos COSATU hicieron un llamado a los Sudafricanos a boicotear el City Press. Una de las iglesias más grandes de Sur África, la Iglesia Baptista de Nazareth, saltó a la defensa del presidente, haciendo un llamado a que Murray fuera apedreado hasta la muerte.

Los abogados representando a la galería argumentaron que la expresión artística está protegida por la constitución Sudafricana. Los abogados de Zuma sostuvieron que el cuadro violaba el derecho del presidente a la dignidad, que también está protegido por la constitución. En una declaración legal, el presidente dijo: “El retrato me representa en una forma que sugiere que soy un mujeriego, y alguien sin respeto … En términos del tema de la exhibición, se pretende transmitir el mensaje con mi retrato de que yo soy una persona que abusa del poder, corrupto y que sufre de ineptitud política.” Murray dijo que la obra era una sátira del “poder político y el patriarcado dentro del contexto de otras obras de arte en la exhibición y dentro del contexto de emisión del discurso de SA”.

El mismo mes, dos hombres, uno negro y otro blanco, desfiguraron el cuadro, lo cual resultó en que la galería lo removiera de la exhibición. Aún más, el editor del City Press, Ferial Haffajee, retiró una imagen del cuadro de su página web como una “rama de olivo” para los individuos negros enfurecidos, así como en respuesta al “miedo” creado por “amenazas e injuria” contra el periódico y su personal. El 30 de mayo de 2012, la ANC aceptó retirar la demanda.

Opinión del Autor

Nimi Hoffman

El Artículo 12 de la Constitución Sud Africana protege el derecho inherente a la dignidad, pero los juicios que insultan el carácter de una persona son constitucionales, pues no menoscaban la dignidad inherente al cuestionar el valor de una persona como ser humano.

Sin embargo, lo que ha sido denominado “Penisgate” no se relaciona con el derecho a la libertad de expresión de forma obvia y no complicada. Sud África tiene una clara historia de apartheid de infantilizar y sexualizar a los hombres negros, y los individuos negros continúan sufriendo violaciones desproporcionadas a sus derechos humanos básicos, tales como los derechos al trabajo digno, vivienda y educación.

Esto puede explicar por qué las personas están particularmente molestas por la obra. Los críticos han argumentado que la ANC explotó esto para desviar la atención de preocupaciones socio económicas apremiantes y aumentar el apoyo popular durante las campañas de elecciones internas de la ANC. Otros críticos han sostenido que la insistencia en el derecho a la dignidad de Zuma parece mezquino en comparación con la forma en que el derecho a la dignidad material de los Sud Africanos del común se viola de forma amplia y rutinaria.

El retiro de The Spear que hizo Ferial Haffajee ha sido ampliamente criticado por algunos intelectuales negros por haber cedido al matoneo político, por ser condescendiente a los Sud Africanos negros al asumir una homogeneidad de opiniones, y por rechazar el derecho constitucional a la libertad de expresión de quienes no estaban de acuerdo.

Una crítica más sutil se refiere a las desigualdades raciales en el mundo del arte. Bretty Murray, el pintor de The Spear, es blanco. En el 2010, el artista negro Ayanda Mabuli produjo una obra mucho más gráfica y crítica llamada Ngcono ihlwempu kunesibhanxo sesityebi (Mejor un tonto que el sinsentido de un hombre rico). Entre otras cosas, representaba a Jacob Zuma con su pene en muletas. Entonces ¿por qué, pregunta Unathi Kondile, no hubo clamor sobre la representación de Mabulu del Presidente Zuma? Kondile argumenta que los artistas negros son rutinariamente marginados y se les pide que hagan arte de “identidad” para ganar cualquier tipo de reconocimiento. Como la obra de Mabuli no hizo eso, fue ignorada. La tesis de Kondile provoca la reflexión; se asume que, argumenta él, “un artista negro es intelectualmente incapaz de producir obras complejas – los negros son incapaces de producir sátiras – hasta que son verificadas por sus contrapartes blancos.”

A pesar de sus limitaciones, el caso de “Penisgate” muestra los altos niveles de discusión pública y crítica en Sud África, que son cruciales para una democracia deliberativa. La pregunta sigue estando ahí sobre si este caso puede ser usado para abrir la puerta a debates más constructivos alrededor de la igualdad de género, la igualdad racial y la política del arte.

 

Maryam Omidi

 

City Press no debió haber cedido al matoneo político de la ANC. Aunque entiendo que el periódico comprometió un principio – en este caso el derecho a la libertad de expresión – por la armonía social, creo que crea un precedente dañino. Manda el siguiente mensaje: la intimidación puede ser utilizada para congelar la libertad de expresión. La obra de arte pudo haber sido de mal gusto, pero esto no significa que deba ser removida o prohibida. El arte provocativo reta nuestro compromiso con la libertad de expresión y debemos andar con cuidado para asegurar que se de el ejemplo correcto. Si no nos gusta un trabajo creativo, usualmente tenemos la opción de no escucharlo, verlo o leerlo – como sucedió en este caso.

Más aún, a través de su arte Murray estaba haciendo una declaración política. Estaba resaltando la corrupción del gobierno de Zuma – la obra era parte de una exhibición que se llamaba Que viva el Ladrón – y haciendo un juicio sobre las controversiales relaciones sexuales del presidente, por encima de todo, las alegaciones de violación. Como presidente del país, Zuma debería estar abierto a un nivel más alto de crítica y sátira que el ciudadano del común.

- Nimi Hoffmann and Maryam Omidi

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    Censors recently repealed the ‘over-16’ rating for this painting.

    http://www.guardian.co.uk/world/2012/oct/11/jacob-zuma-penis-painting

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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