Opinión del Autor

Manav Bhushan

Desde mi punto de vista, fue totalmente inconstitucional que el gobierno indio pusiera a Hazare bajo arresto antes de que emprendiera su huelga de hambre y, más aun, fue inmoral por parte de ellos acusarlo de chantajear al parlamento. Una huelga de hambre es una táctica de presión perfectamente legítima que ha sido empleada a lo largo de la historia por muchos ciudadanos, incluido Gandhi, para exigir sus derechos en democracia. Es una forma de protesta no violenta constitucionalmente válida que solo funciona cuando la exigencia está apoyada por un número de personas lo suficientemente grande para que constituya una amenaza para el gobierno. Así, el gobierno está obligado a escuchar sólo cuando siente que la exigencia de la persona que está en huelga de hambre representa la opinión popular. De lo contrario, el gobierno tiene el derecho a ignorarla. En este sentido, debería permitirse como parte de cualquier democracia que funcione, la cual le permite a los ciudadanos el derecho a protestar y expresar sus puntos de vista de cualquier forma no violenta.

Katie Engelhart

Existen razones legítimas por las que el gobierno indio se movilizó para obstaculizar la protesta de Hazare. Para comenzar, existe la cuestión de derecho. El Código Penal indio establece la ilegalidad del intento de suicidio. Una huelga de hambre, la cual pudiera resultar en muerte, podría por tanto enmarcarse en ese título. En ese caso, el estado tenía la responsabilidad de proteger la vida de Hazare, al prevenir una huelga de hambre. Existen también consideraciones sobre la democracia y su funcionamiento. En este caso, la causa de Hazare —anticorrupción— tenía un apoyo amplio en la India y muchos estaban complacidos con los resultados de la protesta. No obstante, ¿qué habría pasado si su causa hubiera sido más controversial? En ese caso, habría parecido quizás menos heroico para Hazare utilizar su influencia para forzar sin ayuda la mano del gobierno.

- Manav Bhushan and Katie Engelhart