Brasil en la encrucijada entre el autoritarismo y la democracia

A pesar de los avances democráticos en Brasil, leyes creadas en 1960 todavía son usadas para regular las páginas de internet, dando poderes arbitrarios al Estado. La propuesta de un “Marco Civil del Internet” puede cambiar esto, afirma Marcos Todeschini.

Brasil se enorgullece de haber superado el autoritarismo y de haber alcanzado una vibrante democracia en los últimos 30 años. Fue esto lo que se vio en las elecciones municipales recientes cuando la población de más de 5 mil ciudades en el país fue a las urnas y votó de forma transparente. Sin embargo, la falta de un conocimiento profundo sobre el papel del internet en las campañas electorales todavía dificulta la consolidación plena de la democracia al limitar indebidamente la libertad de expresión.

Esto es más que evidente al ver el número de órdenes judiciales solicitando que Google remueva sus contenidos de internet. La página de internet ha recibido más de 300 decisiones judiciales entre junio y septiembre de 2012 solicitando a la empresa que retire vídeos y publicaciones que supuestamente insultaban a los candidatos durante el período electoral.

En todos estos casos, Google se rehusó a retirar el contenido. Un caso específico tuvo consecuencias más graves. El Tribunal Regional Electoral, órgano que regula las elecciones en cada estado en Brasil, ordenó elarresto de Fábio José Silva Coelho, el más alto ejecutivo de la empresa en este país. Fue acusado de incumplir la ley electoral cuando la empresa no retiró del aire los vídeos que atacaban al candidato para alcalde en la capital de Mato Grosso do Sul, Alcides Bernal. El video mostraba a una ex compañera de Bernal acusándolo de haberla obligado a realizarse un aborto en la década de 1990s. El episodio resaltó dos de los problemas claves del sistema electoral de Brasil.

En primer lugar, las órdenes judiciales mostraban que los jueces no entienden el papel de un motor de búsqueda como Google. Prefieren penalizar las plataformas de difusión en las que los mensajes son diseminados, y no a los propietarios o creadores de los mensajes. Si hiciéramos la analogía, seria lo mismo que aprender al dueño de la casa por tener un muro con grafitis y no a la persona que hizo el grafiti.

El segundo problema está en el hecho de que las leyes que regulan el sistema electoral fueron definidas en la década de los 1960s, cuando el país tenía un régimen militar. La dictadura creó leyes que regulaban empresas de comunicación como radios, periódicos y emisoras de televisión, teniendo en cuenta que todas las cadenas de comunicación eran controladas por pocos grupos, y todos ligados a los políticos. La ley fue implementada para crear un equilibrio durante las campañas electorales y garantizar un tratamiento igualitario con los candidatos.

Actualmente los jueces se basan en esta ley de 1960 para decidir sobre cuestiones referentes a un nuevo tipo de tecnología y comunicación, como es el caso del internet. La ley que regula a las emisores de televisión, por ejemplo, dice que los candidatos no pueden aparecer en programas que no sean periodísticos, y que todos deben tener el mismo tiempo de exposición. Si aplicáramos la misma ley para el internet, todos los usuarios regulares de internet tendrían que seguir la misma lógica: si alguien produce un video sobre un candidato, la persona también sería obligada a producir vídeos para los opositores. De no cumplir con la ley, podrían ser procesados por el Estado. Como productores independientes no tienen el mismo aparato jurídico que los medios tradicionales, muchos acaban por tener miedo de expresarse políticamente.

La ley presupone que la producción y diseminación de información todavía se encuentra en las manos de pocos, ignorando el hecho de que 80 millones de brasileños tienen acceso al internet como usuarios activos y productores de contenidos. La ley también ignora el hecho de que el derecho de respuesta podría ser ejercido fácilmente por el candidato a través de You Tube, así como de blogs y páginas personales.

La ley da espacio a decisiones arbitrarias como la remoción de páginas o penalizaciones a los motores de búsqueda en función de vídeos que pudieran ofender la “dignidad o decoro” de algún candidato. Forzar a un intermediario como Google o You Tube a retirar los vídeos con la amenaza de ser completamente bloqueados, como sucede en algunas ciudades brasileñas, parece ser una medida que más bien impide el debate democrático.

La situación ilustra la necesidad de una protección razonable a los intermediarios. Cuando los intermediarios se ven en la posibilidad de ser responsabilizados por acciones de sus usuarios, los incentivos a la libertad de expresión quedan debilitados y la innovación perjudicada. A pesar de que Brasil no cuenta con leyes que protejan a los proveedores de servicios de internet por tener contenidos y discursos de terceros, sí hay una luz al final del túnel. Estas protecciones están en discusión en el “Marco Civil del Internet”, un proyecto de ley que, en caso de ser aprobado, regularía los derechos y responsabilidades del uso del internet en el país. La esperanza de que tal ley siga el camino de la “neutralidad de red”, como ocurre en Chile y en Holanda, donde el principio de que los intermediarios no deben ser responsabilizados por contenidos de terceros, excepto en casos específicos como pornografía infantil.

El principal avance del “Marco Civil del Internet” es la garantía de que algunos intermediarios del internet sean protegidos y, por consecuencia, la libertad de expresión también. Los proveedores de internet y servidores tendrían herramientas legales para defenderse de las órdenes arbitrarias que amenazan a los ejecutivos con prisión, en caso de que ellos se rehusen a remover contenidos del internet. De ser aprobada, la ley sería un paso más para el avance de la democracia en Brasil, dejando para atrás el triste legado del régimen autoritario.

Marcos Todeschini estudia una Maestría en Estudios Latinoamericanos en St Antony’s College en la Universidad de Oxford. Antes de venir a Oxford trabajó como periodista por ocho años en Brasil y España. 

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Comentarios (2)

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  1. We hear many stories from all around the world related to social media; this is yet another one. I’ve no doubt that social media has reshaped the world and it has changed the way people think. I live in England and I have used Facebook for about one hour a day. I think most of the people I know use Facebook for fun and frivolity, with short one line comments. However I have found some much more serious stuff concerning serious issues, and what one could call alternative news. It is often used as a ‘soap box platform’ for those outside of the mainstream who sometimes challenge status-quo. A growing number news outlets and individuals have become charities and there are a few pay as you go outlets. It’s all very complicated because apart the fact that all news generically has a natural bias towards pleasing the reader, and serving whatever: political, religious, national, agenda they follow; how do we know what is true. The crisis in Venezuela has shown me clear lines between mainstream society and the rebels. Whatever the truth may be the mainstream media and the British public are true believes, in whatever is mainstream, strangely they don’t really care about any of it. Some of the rebels are sometimes lawbreakers, like Julian Assange, but his deeds were of good and bad to some degree. At the other end of the story the US Gov has a hideous reputation; far worse than Julian Assange. Many say we must have more law and take away any internal supervision and self regulation that companies may be conducting. If laws are tightened and power is taken from the companies operating these internet services; we will have a consolidation of power in the hands of the unsavory. All power is being consolidated towards the few, and that is dangerous.

  2. Prepared for dangers in times of peace.
    The rapid development of science and technology requires us to constantly update the provisions to regulate them. To prevent the world from authoritarianism and hegemonism, spare no efforts to improve the laws and rules are wanted. I think ooking for a balance as quickly as possible is necessary. And to solve them, there is a long way to go.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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