Periodista turco censurado clama por su libertad de expresión

Kerem Oktem presenta una traducción de la columna de Hasan Cemal que el periódico Milliyet se reusó a publicar.

Introducción

Hasan Cemal es uno de los principales columnistas liberales en Turquía y pertenece a una generación de periodistas que han experimentado la ira del Estado. No es ajeno a las prisiones turcas ya que ha escrito extensivamente sobre ellas y está muy familiarizado con las tentativas del Estado de limitar su expresión. Cemal es una autoridad moral en la política moderna de Turquía. Creó dicha reputación en su cargo como Editor en Jefe del periódico de enfoque kemalista, el Cumhuriyet (La República), en su columna infalible y a partir de un flujo ininterrumpido de libros sobre democracia, relaciones militares del Estado, política militar y la opresión contra los kurdos, es decir, libros sobre la historia turca del presente. También presentó sus argumentos en una colección de escritos sobre el genocidio armenio, un logro notable ya que es nieto de Cemal Paşa, uno de los tres líderes otomanos considerados responsables del genocidio. Todos sus pensamientos, particularmente su reconocimiento al genocidio, son irreverentes e irrespetuosos del poder del Estado, del partido en el poder y del Primer Ministro.

La posición de Hasan Cemal sobre la libertad de expresión lo llevó a un conflicto directo con el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) al defender la publicación de unas minutas sobre una importante reunión entre los representantes de un partido pro kurdo con el líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdullah Ocalan. El Primer Ministro y su gobierno fueron particularmente duros con relación en el incidente ya que ellos lo vieron como un ataque contra el proceso de paz entre el gobierno y los nacionalistas kurdos. Para Hasan Cemal, era meramente periodismo de investigación y la publicación de las minutas un asunto de interés público.

Aun cuando fue recibida con sorpresa, la renuncia (no totalmente voluntaria) en marzo pasado de Hasan Cemal del periódico Milliyet (La Nación), no llegó de la nada: vino después de una llamada de la oficina del Primer Ministro y después de una semana de licencia involuntaria. En los últimos años del gobierno del AKP, decenas de periodistas perdieron sus trabajos en la prensa tanto televisiva como periodística. Que el Primer Ministro Erdoğan haya perseguido a un intelectual de ese calibre no habla bien del futuro de la libertad de expresión de un país que al mismo tiempo intenta resolver la guerra contra los kurdos después de treinta años de violencia y brutalidad. Como muchos de sus colegas, Hasan Cemal puede buscar trabajo en otro periódico o en el menos reglamentado mundo del periodismo en línea. Pero la marca en la reputación del propietario del Milliyet y del Primer Ministro puede ser más difícil de removerse.

Aquí se encuentra la traducción de su última columna y que el Milliyet se reusó a publicar. Como consecuencia Hasan Cemal entregó su renuncia.

Kerem Oktem

Hasan Cemal: Mientras reviso mi columna, algunas palabras sobre el periodismo…

Esta columna ha estado vacía durante dos semanas desde que el Primer Ministro Erdogan reprendió al Milliyet en un discurso público en la provincia de Balikesir, diciendo que “su periodismo debería hundirse”. El Primer Ministro se refería a la publicación de las minutas secretas de una reunión con el líder del PKK Abdullah Ocalan en la prisión de Imrali, por parte del reportero Namik Durukan.

En su discurso, Tayyip Erdogan también me señaló. No pronunció mi nombre pero citó mis palabras que defendían el reporte y al periodismo independiente.

Destaqué uno de los principios fundamentales de mi profesión. Argumenté que el periodismo y la gobernabilidad de un país son dos cuestiones distintas, y llamé la atención sobre la línea que los distingue.

Esto es lo que estaba tratando de expresar: ¡en las democracias, los políticos gobiernan el país y los periodistas hacen periódicos!

Así es como funcionan las democracias. Las libertades y los principios universales del periodismo deben defender las fronteras del periodismo, no criterios inventados desde la perspectiva del poder político como son los relatorios nacionales o no nacionales.

Entre los principios universales del periodismo está la “responsabilidad”, aunque sea muy difícil de defender. Sin embargo, este sentido de responsabilidad no necesariamente debe coincidir con la idea de responsabilidad que hay en los círculos gubernamentales.

En las democracias, los periodistas y el gobierno pueden estar en desacuerdo unos con los otros. Ellos pueden entrar en conflicto frecuentemente. Las relaciones pueden volverse tan tensas que pueden romperse. La democracia estadounidense está llena de ejemplos interesantes y perspicaces de dichos choques. Para efectos de este artículo, no desarrollaré este asunto.

No pretendo entrar en detalles sobre el “incidente” entre Ankara y el periódico Milliyet después del reportaje sobre la minuta de la reunión de Imrali. No quiero personalizar está cuestión. No es la primera vez que algo así sucedió conmigo. Varios colegas ya pasaron por eso antes e infelizmente continúa siendo así hoy en día.

Es importante señalar esto. Las relaciones entre los grupos de los medios y el gobierno siempre han sido problemáticas en Turquía. Los grupos que guardan el poder político por un largo tiempo han tratado de tener el control mediático y a la comunidad de periodistas, frecuentemente imponiendo límites para su propio interés. Han ejercido presión a través de medios económicos, políticos y legales.

Está dinámica no ha cambiado.

Los intereses económicos de los magnates de los medios frecuentemente ceden a los intereses del poder político. En otras palabras, la dependencia de los magnates de los medios en Ankara o el poder excesivo de Ankara en los asuntos económicos, junto con el estatus de segunda clase del sistema judicial turco han facilitado que las élites políticas establezcan relaciones inapropiadas con los medios.

Y luego ahí se tiene el entendimiento del periodismo por parte de los jefes de los medios…

Fue a comienzos de los años 90. Yo era editor en jefe del diario Cumhuriyet. Uno de los grandes nombres de la comunidad empresarial turca me pidió un consejo para lanzar un nuevo periódico. Le pregunté: “¿Por qué quieres abrir un nuevo periódico?, ¿quieres tener “periódico exitoso”, además de tus fabricas exitosas de refrigeradores y televisiones y un banco en Europa?, ¿o quieres lanzar un periódico para crear un nuevo centro de poder para congraciarte con el gobierno y eliminar a la competencia?, ¿se trata de proteger tus intereses o de que realmente quieres empezar un nuevo “periódico exitoso”?, ¿qué es lo que realmente quieres?

Escribí esto hace algún tiempo pero la cuestión sigue siendo valida. El problemático arreglo entre Ankara y las élites políticas por un lado y los medios por el otro ha capturado esa cuestión.

Pero no es solo esto. Tenemos que recordar el papel de la comunidad de periodistas, y particularmente la “élite periodística” que frecuentemente ha contribuido al descarrilamiento de las relaciones entre el gobierno y los medios y no fue capaz de mantener estas relaciones en un marco legitimo.

Los jefes de editores y los columnistas líderes han fallado en defender al periodismo independiente contra el poder político de los grupos, de los jefes e incluso a pesar de sus jefes. Han fallado también en formar una asociación profesional fuerte e independiente que pudiese hacer esto.

Quiero señalar un punto aquí. Sé que no soy inmune a las críticas en mi carrera profesional de 45 años. No voy a desarrollar este punto por ahora, no quiero hacerlo.

Para que las relaciones entre los grupos de medios y del gobierno, entre periodistas y gobernantes, y entre los periodistas y los magnates de los medios se vuelvan legitimas, no es preciso decir que la comunidad de periodistas debe de asumir su responsabilidad. No debemos de ignorar lo siguiente:

Sentarse a observar los eventos mientras se desarrollan, como si nuestras manos estuvieran atadas detrás de nuestras espaldas, o peor, como si hubiéramos perdido el interés… Dicha indiferencia tiene un papel fundamental en la degradación de la democracia turca y su estado de derecho queda relegado a un asunto de segunda clase.

Entre más altos tengamos los criterios del periodismo, más nos mantenemos fieles a los valores de la independencia y de la libertad en nuestra profesión; entre más insistimos en un “periodismo a pesar de las dificultades” como señala el editor del Milliyet, Derya Sazak, más alta será la vara para medir la democracia y el estado de derecho en el país.

El asunto se torna más importante en este momento histórico en que Turquía está transitando por un período crítico con respecto al asunto kurdo. Entre más alta establezcamos la línea sobre un estado democrático y el valor de ley, más amplias serán las puertas de la paz y la reconciliación.

Entre más nos destaquemos en nuestra profesión como periodistas, y los jefes de los medios y los políticos se apeguen a sus respectivos valores, más estaremos aliviados con un ambiente democrático.

Como un periodista que siempre estuvo comprometido con su profesión, a pesar de tantos obstáculos y dificultades, miro el futuro con esperanza.

Mi determinación se fortaleció con lo que evidencié en las últimas dos semanas.

Ahora regresemos al trabajo y hagamos nuestro trabajo mejor.

No puedo dejar de pensar que pude haber escrito un artículo mejor mientras termino mi primera pieza después de un descanso obligatorio de dos semanas.

Esta columna fue publicada en línea después de que el periódico Milliyet se reusara a publicarla. Fue también publicada por el periódico Taraf el día que debía ser publicada en el Milliyet el 19 de marzo de 2013. 

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Comentarios (1)

Google Translate proporciona traducciones mecánicas. Éstas proporcionan una idea aproximada de lo que ha escrito el contribuyente y por ello, no debieran interpretarse como una traducción sutil y precisa. Léelos teniendo esto en cuenta.

  1. Taking up the responsibility of being a citizen has noting to do with our jobs. Free speech of media should go first under the circumstance of building civil structure. And to face the state power and propaganda systems, journalists who on behalf of the broad masses require much more courage.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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