De activista Musulmán a defensor de la libertad de expresión: la historia de Ahmad Akkari y la controversia de la caricatura Danesa

Katie Engelhart habla con Ahmad Akkari para averiguar por qué se disculpó con uno de los caricaturistas Daneses ocho años después de alimentar la furia mundial.

Poco después de que el periódico Danés Jyllands-Posten publicó su ahora infame serie de caricaturas del Profeta Mahoma en el 2005 – que dieron lugar a lo que se llamó la “Controversia de la Caricatura Danesa” – el activista político Danés Ahmad Akkari se embarcó en un tur internacional que tenia por objeto suscitar indignación entre los Musulmanes. Akkari, un prominente líder de la comunidad Musulmana de Dinamarca, se unio a un grupo de Imanes que lideraron las protestas contra las caricaturas – y ayudaron a convertir un debate Danés en pánico global. En las semanas que siguieron, docenas de personas fueron asesinadas en protestas violentas.

En agosto del 2013, Akkari abruptamente cambio de curso. En varias entrevistas públicas, él expresó su arrepentimiento por su rol en alimentar la furia mundial – y aseguro categóricamente que Jyllands-Posten tenía el derecho a publicar las caricaturas.

Katie Engelhart de Debate sobre la Libertad de Expresión habló con Akkari sobre la libertad de expresión, como es aplicada a las discusiones sobre religión:

KE: Hace siete años Usted estaba movilizando la oposición a las caricaturas ¿Cuál fue su razonamiento?

AA: En ese momento, yo veía el mundo desde el punto de vista Islámico. Yo creía que teníamos algo sagrado, superior a la ley de cualquier país. Mi razonamiento era que debería estar prohibido a las personas ofender lo que es sagrado.

Nosotros no revisamos la ley en Dinamarca. No nos importó. Yo pensé: la ley Islámica prohíbe lo que está sucediendo, así que deberíamos hacer lo que sea necesario para hacer [que el periódico] retire los dibujos y pare lo que está haciendo.

KE: ¿Así que Usted creyó, en ese momento, que incluso la prensa secular debía respetar la ley Islámica?

AA: Esa es una discusión que todavía podemos tener hoy: ¿Debe la prensa respetar estos símbolos religiosos o no? El problema es que, de acuerdo con el punto de vista Islámico, esto no esta abierto a discusión. El punto de vista Islámico quiere censura.

KE: ¿Qué cambió para Usted?

AA: Bueno, fue algo muy personal. En el 2007 me mudé al Líbano. Eso inspiró una gran frustración en mi: sobre las diferencias entre las personas, sobre la injusticia en esa sociedad. En ese momento, yo no podía entender qué estaba pasando. Estaba profundamente frustrado. Traté de hablar con figuras prominentes de la comunidad religiosa del Líbano pero nadie me podía dar buenas respuestas.

Después del 2008 al 2010 estuve en Greenland. Fue un periodo tranquilo, de mucha lectura. Empecé a ver las cosas más profundamente. Profundicé en la filosofía, nuevas formas de pensar. Empecé a leer con ojos más críticos. En el 2011 un amigo me dio una serie de libros escritos por [el ahora fallecido profesor de la Universidad del Cairo] Hamed Abu Zaid, un intelectual que ofrece interpretaciones críticas de la ley Islámica y del Corán. Leí Crítica del Discurso Religioso. Estaba sorprendido de encontrar que tenía una aproximación muy académica: sobria y muy lógica.

En ese momento, yo ya estaba experimentando intolerancia dentro de esta comunidad porque estaba haciendo preguntas críticas. Fue claro para mi que hay una intolerancia arraigada muy profundamente en el Islam hacia la aceptación de puntos de vista críticos. Ese fue el fin para mi.

KE: Para seguir con ese último punto: ¿Cree Usted que la comunidad Islámica reacciona de forma especialmente violenta a las críticas, o a las representaciones negativas en los medios?

AA: Si, hay cierta verdad en eso. Pero quiero que Usted caiga en cuenta que estamos hablando de tres puntos de vista, no dos.

El primer punto de vista es el que tomó el editor de la caricatura. Él dijo: estamos usando nuestra libertad de expresión y publicando lo que está dentro de nuestro derecho de publicar. El segundo vino de las sociedades democráticas de Occidente que criticaron la publicación. Ellas no piensan que la publicación debe estar prohibida, y no hablan de censura. Pero piensan que fue de pronto poco sabio, dado que los Musulmanes son un grupo marginalizado. Creen que este tipo de cosa crea inestabilidad en nuestra sociedad – que podría crear una nueva subclase, un grupo socialmente aislado. El tercer punto de vista es el punto de vista Islámico: que no podemos aceptar ninguna publicación de este tipo. Quieren censura. Quieren que la libertad de expresión sea reducida.

Es este último punto de vista el que estoy criticando hoy. El resto es digno de debate sobrio. Es muy necesario en Occidente.

KE: Miremos el segundo punto de vista. En los países Europeos Occidentales, ¿deben los medios tener especial cuidado antes de criticar el Islam – porque los Musulmanes son una minoría y en ocasiones son sometidos a prejuicios?

AA: En lo absoluto, Katie. Yo creo que los medios de comunicación deben criticar porque hay una facción grande de Musulmanes que está trabajando en contra del proceso de integración. Los medios tienen el derecho de criticar y de hablar sobre las minorías – incluso de forma dura. Yo no creo que si los medios son menos críticos que todo va a arreglarse por si mismo.

KE: Hoy, ¿Usted representa al primero o al segundo grupo?

AA: Yo pertenezco a aquellos que dicen: si la publicación de las caricaturas crearon un debate sobre algo importante, eso es legítimo. Tengamos el debate.

KE: Algunos sostienen que su reacción a las caricaturas en el año 2006 ha tenido un efecto escalofriante sobre la libertad de expresión, haciendo que los periodistas, los artistas y otros se sientan temerosos de hablar abiertamente sobre el Islam ¿Cree que ese argumento tiene algún mérito?

AA: No. No estoy de acuerdo en lo absoluto. Incluso antes de que se publicaran las caricaturas, los mismos escritores y artistas tenían miedo. Ellos pensaban: ¿qué puede desatar una publicación así? Así que es más antiguo que ese movimiento. Las protestas fueron una manifestación del problema no la razón por la cual las personas estaban asustadas.

KE: ¿Cómo entra a jugar el “respeto” en todo esto? ¿Los escritores, artistas y otros deben respectar la religión? ¿O tener cuidado de no ofenderla?

AA: Necesitamos un diálogo más profundo sobre estos temas. Pero quien quiera que debata las caricaturas debe primero estar de acuerdo con la libertad de expresión, la libertad de publicación y la libertad del arte. Deben primero estar de acuerdo con estos principios. Después si puede haber debate. Mi punto de vista es que las comunidades Islámicas en primer lugar no permiten estos principios. Es de eso de lo que estoy tratando de hablar.

KE: Usted se disculpó en persona con uno de los caricaturistas, Kurt Westergaard [quien como resultado de la controversia, ha recibido numerosas amenazas de muerte y ahora vive con protección de la policía] ¿Qué dijo él?

AA: Tengo suerte de haberlo conocido en terrenos humanos. Escribí en mi página de Facebook que reunirme con Kurt Westergaard fue una sorpresa. Yo esperaba a un hombre que iba a estar molesto. Pero me sorprendí de encontrar a un hombre que estaba libre de acusación o culpa. Hablamos, y él me explicó las razones para pintar la caricatura. Creo que hice lo correcto al disculparme de esa manera.

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Debate sobre la Libertad de Expresión es un proyecto de investigación del Programa Dahrendorf de Estudios para la Libertad en el St Antony's College de la Universidad de Oxford. www.freespeechdebate.ox.ac.uk

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